
En nuestro día a día usamos la palabra “tener” casi sin pensar: tener dinero, tener un auto, tener una casa, tener éxito. Pero pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre lo que realmente significa. Para muchas personas, tener se ha reducido a poseer cosas materiales. Sin embargo, en la vida cotidiana de México —donde la familia, la comunidad y los valores son parte fundamental— “tener” va mucho más allá de lo que el dinero puede comprar.
Tener no es solo poseer cosas
Es cierto que contar con bienes materiales da seguridad. Tener un hogar propio, un empleo estable o un ahorro en el banco nos ayuda a vivir con tranquilidad. Pero reducir la vida a un inventario de objetos puede llevarnos a la frustración. ¿De qué sirve tener más, si nunca aprendemos a valorar lo que ya tenemos?
En la cultura mexicana se repite mucho el refrán: “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.” Y esa frase encierra una verdad profunda. Tener no siempre significa acumular, sino saber apreciar.
Tener salud: la riqueza invisible
Una de las posesiones más importantes que con frecuencia se olvida es la salud. Tener energía para levantarse temprano, trabajar, convivir con la familia o disfrutar una caminata por el parque es un privilegio enorme. Muchas veces no nos damos cuenta de ese regalo hasta que lo perdemos.
En los últimos años, miles de familias en México han entendido que tener salud es tener futuro. Invertir en alimentación balanceada, en ejercicio regular y en descanso es mucho más valioso que gastar en objetos que, a la larga, no aportan bienestar.

Tener tiempo: un recurso que no se compra
Otra forma de tener que vale más que cualquier riqueza es el tiempo. Tener tiempo para jugar con los hijos, para visitar a los abuelos, para leer un buen libro o simplemente para descansar.
El tiempo no se compra ni se guarda en un banco. Se vive. Y en un país donde la rutina laboral y el tráfico pueden consumir horas enteras, aprender a administrar y proteger el tiempo libre es una verdadera forma de riqueza.
Tener familia y amigos: un tesoro emocional
En México, la familia ocupa un lugar central en la vida de las personas. Tener a la mamá, al papá, a los hermanos, a los abuelos y a los amigos cercanos es un apoyo emocional invaluable.
Los vínculos afectivos nos sostienen en los momentos difíciles y hacen más dulces las alegrías. Tener a alguien que escuche, que acompañe y que comparta es más importante que tener lujos.
Tener sueños: la fuerza que mueve la vida
No todo lo que se “tiene” es tangible. Tener un sueño, un objetivo o un propósito le da dirección a la vida. Ya sea estudiar una carrera, iniciar un negocio, viajar o simplemente aprender algo nuevo, esos deseos son motores que nos impulsan a levantarnos cada día.
En México abundan historias de personas que, con pocos recursos, lograron transformar su realidad gracias a que tenían un sueño y nunca lo soltaron. Eso demuestra que tener visión y esperanza puede abrir más puertas que tener dinero.
Tener gratitud: la clave de la felicidad

Finalmente, tener gratitud cambia la manera en que vemos el mundo. Cuando agradecemos por lo que ya tenemos —la comida en la mesa, la salud, la familia, el trabajo— la vida se llena de sentido.
Practicar la gratitud diaria no solo mejora el ánimo, también fortalece las relaciones y nos permite vivir con más paz. Porque quien reconoce lo que tiene, vive con plenitud.
La palabra “tener” no debería reducirse a los bienes materiales. Tener también significa contar con salud, tiempo, amor, amistades, sueños y gratitud.
En un mundo donde la publicidad insiste en que necesitamos más para ser felices, recordar que ya tenemos mucho es un acto de libertad.
En México, tierra de tradiciones, familias unidas y corazones cálidos, tener no se mide en pesos ni en objetos, sino en momentos compartidos y en la capacidad de valorar cada día.
Así que la próxima vez que pienses en lo que te falta, voltea a ver lo que ya tienes. Quizá descubras que eres más rico de lo que imaginabas.